La cruz, símbolo por siglos asociado al cristianismo, relacionado directamente con su "salvador" que murió en esta por "nosotros" según ellos, la llevan en el pecho a modo de colgante y le han rendido culto por siglos. Los cristianos la han hecho suya.
¿Pero lo será realmente?
Pues la verdad es que no, en realidad la cruz en un antiguo símbolo de las culturas paganas y el más antiguo hallazgo encontrado data aproximadamente de 10.000 años a.C, encontraron unas cruces grabadas en pequeñas piedras de arcilla que se supone cada una contenía el alma del difunto. La misma cruz que adoran los cristianos era el mismo objeto de adoración de los pueblos paganos siglos antes del cristianismo y tenia una representación mas bien cósmica que divina.
Los celtas e incluso los fenicios le rendían culto a este símbolo marcándolo en sus monumentos mucho antes de que llegaran los cristianos, también en Mexico la adoraban siglos antes de que los misioneros católicos pisaran sus tierras.
También los Griegos reconocían la cruz como un símbolo de divinidad antes de la era cristiana como por ejemplo Baco el cual llevaba en su cabeza una banda cubierta con cruces.
Más tarde la cruz celta llegó a simbolizar los 4 caminos de las esquinas de la tierra, donde la unión de los 4 puntos formaban una cruz y el punto central significaba el centro del mundo. El centro también representaba el origen de la vida, el nacimiento de los 4 ríos místicos y las cumbres de las montañas del mundo.
También hay datos de que los druidas hacían uso de este símbolo. El estudioso del s. XIX Thomas Maurice, en su obra, "Las Antiguedades Indias", hizo una extraordinaria observación acerca de la importancia de la cruz en la adoración que los druídas a la naturaleza, el escribió:
"Los druídas tenían la costumbre de seleccionar al más majestuoso y hermoso árbol como un emblema de la deidad. Cuando se cortaban las ramas de los lados, ellos juntaban 2 de las ramas más largas en la parte más alta del tronco, de manera que esas ramas se extendieran a cada lado como los brazos de un hombre. Junto con el cuerpo, ellos presentaban esto como una gigantesca cruz, y en la corteza del mismo árbol en muchos lugares estaba grabada la letra T".
El origen de la cruz utilizada por los cristianos tiene su origen en la letra "T", Donde esta letra era el símbolo de Tamuz, un antiguo dios de los caldeos y egipcios. Tamuz era el hermano de la diosa de la fertilidad Ishtar quién ahora es inconscientemente adorada por millones de cristianos. La "T" es también muchas veces nombrada como "el signo de la vida"
La iglesia fue paulatinamente dejando entrar a los paganos dejando que conservaran sus símbolos es de esa manera que los cristianos comienzan a adueñarse de ellos.
Así que cuando vean a algun cristiano con una cruz no la miren con odio o un símbolo de una religión diferente a la suya, solo recuerden que es nuestra.
Para terminar el tema de la cruz es necesario plantearse otra pregunta que es clave para entender como el cristianismo de apoderó de este antiguo símbolo pagano:
¿Cómo llegó a ser cristiana?
Para responderla debemos remontarnos al Imperio Romano, año 306 d.C cuando Constantino obtuvo el poder tras la muerte de su padre, el Imperio estaba bajo una tetrarquía donde Constantino gobernaba el occidente y competía con su cuñado que tenía el Imperio del Oeste.
Para esas fechas los cristianos ya habían sido perseguidos durante siglos, pero a pesar de eso ellos siguieron en pie y con un núcleo altamente corrupto y en corto tiempo comenzaron a crecer en número y fuerza. Es por esto que Constantino se dio cuenta de esto y declaró que la iglesia era una institución política de cuidado.
Más tarde las hostilidades entre Constantino y su cuñado hicieron explosión y llegaron a un enfrentamiento que tuvo lugar en el río Tiber.
Existen varias versiones que cuentan lo que pudo haber ocurrido con Constantino en aquella batalla: una de ellas es que tuvo un sueño en el cual vió una cruz en el cielo que probablemente eran las letras griegas "chi" y "rho" (las 2 primeras letas de Christos) luego vió u oyó estas palabras "por medio de este signo conquistarás". El historiador Eusebio escribió que esto lo vió durante el día y que no solo lo había visto él si no que también su ejército fue testigo de aquello, también escribió que Jesús se le apareció al día siguiente y le aconsejó que pusiera aquel símbolo en los estandartes de batalla de su ejército. Sea cierto o no Constantino ganó la batalla y le atribuyó la victoria al dios cristiano. Después de esto vino su transformación al cristianismo pero esto fue solo de nombre ya que nunca dejo de rendirle culto a sus dioses, ya que en sus monedas tenía el símbolo de una cruz con sus brazos equidistantes, este era el más antiguo símbolo religioso y le rendía culto al dios Sol, la cruz estaba encerrada dentro de un círculo y representaba el calendario solar, marcaba los solsticios y los equinoccios.
Luego de la victoria, Constantino forma una alianza con el Imperio del Este y conjuntamente lanzan el "Edicto de Milán", el que promueve la tolerancia religiosa y con esto establece el domingo o sun day (en inglés) como dia de adoracón al sol. (El hecho de que la iglesia haya aceptado el día que estaba encima del sabbath demuestra lo corrupta que es.)
Una vez que Constantino obtuvo el poder de toda Roma, tuvo más control sobre la iglesia y paulatinamente Roma se fue conviertiendo al cristianismo.
Otras de las razones fue la misma iglesia que, ya con toda la corrupción, estaba inundada de influencias paganas porque gracias al respaldo de Constantino comenzó a reclutar paganos convertidos: primero unos pocos y después la cantidad fue aumentando a miles.
Finalmente, la inserción de personas fue demasiada y la iglesia perdió las esperanzas de que los paganos se convirtieran completamente al cristianismo dejándolos que siguieran portando sus símbolos, pero con la finalidad de apoderarse luego de ellos.
Es así como la antigua cruz que representaba la pureza y la fuerza del sol fue paulatinamente tomando un significado sucio y lleno se sangre, pero pase lo que pase ellos saben que no es suya.
Los Celtas y sus tradiciones
Tradiciones: Samhain
Llegamos a la Noche del Calendario de Invierno, más conocida como Samhain o en galés como "Nos Calan Gaef".
En el hemisferio Norte, el calendario gregoriano señala el 31 de octubre y en Hemisferio Sur, señala el 30 de abril.En nuestro calendario celta representa la conjunción entre el Agua y la Tierra.
En esta época, final del modo Samos y principio de Giamos, nuestros antepasados ya habían regresado con sus rebaños de ganado de los verdes pastos veraniegos.
Entre nuestros antepasados celtas, una de las formas de riqueza, se hallaba en los rebaños y daban una importancia primordial a todo lo relacionado con sus animales.
En la fiesta que seguía aquellos animales que por su excesivo número eran difíciles de alimentar durante el invierno, eran candidatos al sacrificio, una ofrenda especial para los espíritus de la Tierra en pago por su protección y cooperación durante el período de Samos y como retribución adelantada para asegurar el crecimiento de los cultivos y de los rebaños en el ciclo siguiente, de esta manera el sacrificio a la vez útil y religioso era un acto de homenaje a las divinidades, cuando la energía de la vida simbolizada por la sangre de sus animales, se filtraba por la Tierra.
La tradición céltica indicaba en esta época, que toda cosecha debía estar levantada, pues cualquier grano que hubiera quedado en los campos ya no pertenecía a los humanos, sino a la "Cailleach".
La "Cailleach" era un hada vieja de aspecto poco agraciado, aunque se la conoce con otros nombres, éste escocés, es el que más ha trascendido.
En Eire era la "Cally Berry", en Inglaterra "Black Anis", en Cornwall "Cailleach Corca Duibhne", en la Isla de Man "Cailleach ny Groamch" y en Gales "Cailleach Bolus".
La llegada de la Fiesta indicaba que el año agrícola había terminado y por lo tanto toda tarea o actividad de Samos, había que abandonarla para dar paso a las nuevas tareas, acciones y actitudes.
El contrato que la tribu tenía con la Tierra, en cuanto a los beneficios en frutos que ella daba, promocionada por las divinidades, ya había vencido y no se renovaría hasta Imbolc.
La Fiesta de Samhain, la fiesta más solemne, la fiesta de los muertos, de los muertos del ciclo pasado se iniciaba en la víspera y como en la de Beltane, su opuesta, se encendían hogueras en las cimas de las colinas aunque en esta ocasión era en el crepúsculo, en la oscuridad.
El ganado, -riqueza celta- se conducía hacia la hoguera principal con el fin de iniciar el ritual de protegerlo y bendecirlo con su paso por entre las llamas y el humo.
En los cuentos y leyendas celtas se relatan historias de cómo los pueblos de Sidhe, es decir, el pueblo feérico también celebraba Samhain, o mejor dicho, lo patrocinaban, pues también era su Fiesta.
Dicen algunas leyendas celtas que las hadas en esta fecha podían tomar maridos mortales y todas las grutas y túmulos que daban acceso a su mundo permanecían con sus senderos, antes casi impenetrables, accesibles para los mortales más osados que quisieran echar un vistazo a su fabuloso Mundo encantado.
Cuando comenzaba el banquete, algunas tribus tenían por costumbre dejar un hueco entre los comensales para los fallecidos que quisieran unirse al banquete. Este gesto era algo más que reverencia por los fallecidos y antepasados, era la firme creencia de que no había demasiada distinción entre el mundo visible de los vivos y el invisible de los muertos. En otras tribus se creía que en esta primera noche venían muchos visitantes del Otro Mundo, algunos incluso que no habían sido invitados a la esfera humana, aún y así la hospitalidad que se imponían nuestros antepasados rebasaba la acogida. Se abrían todos los portones y ventanas con el fin de que entraran todos los espíritus que lo desearan y participaran de la solemnidad de la fiesta, por esto mismo dejaban comida preparada en un espacio a ellos destinado, con la terminante prohibición de que nadie tocara, ni tomara esos alimentos, mientras durasen los festejos.
En Gales ésta comida recibía el nombre de "la comida para la embajada de los muertos" (bwyd cennad y meirv), en Bretaña era "la comida para la fiesta de los muertos" (boued gouel an Anaon).
Otra costumbre entre tribus celtas consistía en atribuir a ciertos personajes de la tribu, normalmente los más empobrecidos, el papel simbólico de embajadores de los muertos, conocidos con el nombre de "cenhadon y meirv" estos individuos iban de hogar en hogar demandando la comida para los difuntos, que los anfitriones preparaban para la ocasión, recibían el nombre de "tortas de almas" o "pice rhanna"(Gales), las cuales comerían como representantes carnales de los parientes difuntos del anfitrión, en este caso, la comida de los muertos no era tabú, sino que al contrario se convertía en una manifestación de solidaridad, a la par que un fortalecimiento de la tribu.
Cuando llegó el cristianismo este ritual, no desapareció sino que sorprendentemente se fortaleció. Después de la cena, los celtas de antaño tiraban a la hoguera de Samhain ofrendas y objetos que simbolizaban los anhelos o padecimientos de las personas que querían que se cumplieran o sanaran. De esta hoguera principal se encendían teas con las que se prendían las hogueras caseras de la tribu. Con estas nuevas llamas se simbolizaban los proyectos y nuevas esperanzas para el ciclo próximo que pretendían renacer.
En Eire se anunciaba el inicio de la fiesta con diversos juegos y carreras en honor de Tlachtga, una arcaica diosa madre, que era la misma que dio nombre a la famosa Cailleach y a la Morrigan.
Así es que la Cailleach venía a presidir la Fiesta y celebraba el acontecimiento acoplándose a El Dagda, otra arcaica divinidad celta y Dios del Draidecth, fundador del druidismo, ambas divinidades representaban las primigenias fuerzas antiguas, responsables de la muerte y del renacimiento.
A pesar de la cristianización posterior de los celtas, estas celebraciones se mantuvieron, incorporándose a la nueva religión. Samhain se transformó en All Hallows o "Noche de Todos los Santos", popularmente conocida hoy día por Halloween. También en Inglaterra resucitó el viejo espíritu en la Fiesta denominada "Guy Fawkes", que se celebra por todo el país con fogatas y fuegos artificiales. Aquellos antiguos celtas que fabricaron el Calendario de Coligny, se refirieron a la fiesta de Samhain como Trinouxtion Samonii, lo que implica que la fiesta duraba 3 noches y ocurría en el mes de Samonios, que es el primer mes según este calendario.
CELEBRACIÓN CÉLTICA EN EXTREMADURA
Fiesta que duraba desde el 31 de Octubre hasta el 1 e incluso el 2 de Noviembre. Se solían encender miles de velas y ese dia, los celtas conmemoraba la muerte del "dios" cornudo, que volverá a renacer mas tarde, en Imbolc.
Los celtas lo llamaron "Samhain" o "Soa-hain" el equivalente justo al dia de los "santos difuntos" de la Iglesia Catolica.”Hay grandes semejanzas entre el símbolo de Halloween (la calabaza), que coincide con Samhain, y la tradición extremeña de las calaveras. En muchos pueblos extremeños, niñas y niños, al caer la noche entre octubre y noviembre vacían una sandía y le abren tenebrosos ojos y boca, le atan una cuerda y meten dentro una vela encendida.En un pueblo de Cáceres cantan: “La calavera, zapatos verdes, vestido de seda…
En Quintana de la Serena (Badajoz) cantan: “La calavera el Konqui, ya se murió…”, y “La Calavera el Konqui, no tiene pelo ni cola…”
En todos los casos los niños van en fila y balancean las calaveras mientras cantan, los niños hacían esto el Día de Todos Los Santos por la noche, justo cuando entraba el Día de los Difuntos.
En cuanto a la sandía, recordemos que el Halloween original e irlandés era con un nabo, y que al pasar a América allí fué y es con una calabaza.
Lo que desconozco es si cuando los celtas llegaron a Extreadura ya había llegado la sandía a la península, posiblemente ya había recorrido el Norte de África y de allí viniera para acá.
El paralelismo de Halloween con el Samhaim está claro, para mayor casualidad, en Quintana de la Serena coincidiendo con el Imbolc se celebra la fiesta más querida, el Jueves de Compadre (que es móvil y cuyo día de celebración está marcado igual que el carnaval por el Domingo de Pascua, o sea por la Luna, muy céltico...), casi a la vez que los del pueblo de al lado celebran la Candelaria, que sí es fija.
¿Cómo es posible que dichas tradiciones célticas se hayan mantenido en el tiempo sobreviviendo a romanos, visigodos, árabes, colonos asturleoneses, etc.?
¿Cómo es posible que dichas tradiciones célticas se hayan mantenido en el tiempo sobreviviendo a romanos, visigodos, árabes, colonos asturleoneses, etc.?
¿Son posibles poblaciones en el campo, ajenas a la historia?
O acaso, dado que Extremadura es conquistada por castellanos y repoblada con asturleoneses, ¿trajeron estos últimos dichas costumbres?
¿Y en qué otros lugares de España existen celebraciones semejantes a la de la calavera?
Tradiciones: El Nubeiro
Según la creencia popular de los seres mitológicos gallegos, el Nubeiro es el morador de los aires, su aspecto es el de un fuerte gigante, vestido con pieles, en general de color negro, sale de las herrerías y cabalga los cielos provocando tormentas y dirigiendo los rayos.
Suele andar por las nubes y va siempre cargado de truenos haciendo soltar a las nubes todo el agua y granizo que llevan.
De vez en cuando baja a la tierra a ver el resultado de sus hazañas.
Sale por las mañanas "a fazer a trona" (hacer tormentas) y vuelve a media noche, con unos cuantos lagartos y culebras.
Suele ser olvidadizo, pues se le escapan las nubes que le llevan de un lado a otro con relativa frecuencia; en tales casos, el Nubeiro tiene que pedir asilo en las casas y cabañas que encuentre.
El Nubeiro se asocia, además de a las tormentas, truenos y relámpagos, a la niebla y a los aludes, si bien en este último caso, no suele ser muy frecuente.
Parece ser el legítimo descendiente de los hacedores de tormentas de los cultos animistas más antiguos.
El control mágico de la lluvia es algo muy antiguo y se repite prácticamente en todas partes del mundo.
Hay quién ha postulado que el Nubeiro gallego, el nubero asturiano y el renubero leonés son pervivencias floklóricas y degradadas de una antigua deidad de la tormenta, reguladora del tiempo atmosférico.
Suele andar por las nubes y va siempre cargado de truenos haciendo soltar a las nubes todo el agua y granizo que llevan.
De vez en cuando baja a la tierra a ver el resultado de sus hazañas.
Sale por las mañanas "a fazer a trona" (hacer tormentas) y vuelve a media noche, con unos cuantos lagartos y culebras.
Suele ser olvidadizo, pues se le escapan las nubes que le llevan de un lado a otro con relativa frecuencia; en tales casos, el Nubeiro tiene que pedir asilo en las casas y cabañas que encuentre.
El Nubeiro se asocia, además de a las tormentas, truenos y relámpagos, a la niebla y a los aludes, si bien en este último caso, no suele ser muy frecuente.
Parece ser el legítimo descendiente de los hacedores de tormentas de los cultos animistas más antiguos.
El control mágico de la lluvia es algo muy antiguo y se repite prácticamente en todas partes del mundo.
Hay quién ha postulado que el Nubeiro gallego, el nubero asturiano y el renubero leonés son pervivencias floklóricas y degradadas de una antigua deidad de la tormenta, reguladora del tiempo atmosférico.
Tradiciones: Imbolc
Esta estación pertenece a Brígid (Brigida), la diosa celta quien en tiempos posteriores sería reverenciada como una santa cristiana.
Originalmente su fiesta del dia 1 de Febrero era conocido como Imbolc o Oimelc, dos nombres que hacen referencia a la lactancia de las ovejas, el flujo de leche que anuncia el retorno de la vida en la Primavera.
Mas tarde, la Iglesia Católica sustituiría esta fecha por el Dia de las Candelarias (Candlemas Day) el 2 de Febrero, fiesta dedicada a la Virgen María y que incluye procesiones de velas.
La poderosa figura de Brigida, la portadora de luz cubre ambas celebraciones, la pagana y la cristiana.
En muchas de las partes de las Islas Británicas, Febrero es un mes cruel y amargo.
En la Escocia Antigua, el mes cae en medio de un periodo conocido como Faoilleach, el mes del Lobo; y tambien era conocido como "a marbh mhiòs", el mes de la muerte.
Pero aunque esta estacion es muy fria y deprimente, pequeños pero energicos signos de nueva vida comienzan a aparecer; los corderos empiezan a nacer y la suave lluvia trae nueva hierba, los cuervos comienzan a construir sus nidos y las alondras son vistas cantando con clara voz.
En Irlanda la tierra estaba preparada para recibir la nueva semilla con pala y arado, los terneros nacen y los pescadores miran con vehemencia el final de las tormentas de invierno y tempestades marinas para volver a lanzar sus botes a la mar.
En Escocia, la vieja Mujer de Invierno Cailleach renace como Bride, la Joven Doncella de Primavera, frágil aun pero que se hara mas fuerte cada dia a medida que el sol reavive su fuego, y tornando la escasez en abundancia.
Originalmente su fiesta del dia 1 de Febrero era conocido como Imbolc o Oimelc, dos nombres que hacen referencia a la lactancia de las ovejas, el flujo de leche que anuncia el retorno de la vida en la Primavera.
Mas tarde, la Iglesia Católica sustituiría esta fecha por el Dia de las Candelarias (Candlemas Day) el 2 de Febrero, fiesta dedicada a la Virgen María y que incluye procesiones de velas.
La poderosa figura de Brigida, la portadora de luz cubre ambas celebraciones, la pagana y la cristiana.
En muchas de las partes de las Islas Británicas, Febrero es un mes cruel y amargo.
En la Escocia Antigua, el mes cae en medio de un periodo conocido como Faoilleach, el mes del Lobo; y tambien era conocido como "a marbh mhiòs", el mes de la muerte.
Pero aunque esta estacion es muy fria y deprimente, pequeños pero energicos signos de nueva vida comienzan a aparecer; los corderos empiezan a nacer y la suave lluvia trae nueva hierba, los cuervos comienzan a construir sus nidos y las alondras son vistas cantando con clara voz.
En Irlanda la tierra estaba preparada para recibir la nueva semilla con pala y arado, los terneros nacen y los pescadores miran con vehemencia el final de las tormentas de invierno y tempestades marinas para volver a lanzar sus botes a la mar.
En Escocia, la vieja Mujer de Invierno Cailleach renace como Bride, la Joven Doncella de Primavera, frágil aun pero que se hara mas fuerte cada dia a medida que el sol reavive su fuego, y tornando la escasez en abundancia.
Tradiciones: Santa Brígida
La fiesta de Santa Brígida celebrada el 31 de Enero, daba comienzo al oscurecer, es decir la víspera del 1 de Febrero y durante toda la noche los mozos tañían las campanas con el fin de ahuyentar a los Nubeiros, llama la atención el hacer coincidir esta fiesta en el calendario con la del antiguo festival celta del IMBOLC, que se cristianizó colocando el patronazgo de la fecha bajo santa Brígida.
Estos mozos y su manera de actuar se asemejan enormemente a las cofradías de hombres en el ámbito europeo con funciones iniciáticas, guerreras y rituales MÄNNERBÜNDE.
Durante las fiestas própias del solsticio de invierno estas fratías de jóvenes, se disfrazaban de animales y tras nombrar un "Rey", causaban terror en sus aldeas invadiendo las casas, persiguiendo a las jóvenes, y causando pequeños hurtos de alimentos y grandes ruidos.
En la geografía gallega nos encontramos con elementos similares como los campaneiros y cigarrons, con el fín de promover la fertilidad de la tierra, ahuyentando los espíritus malignos.
La fiesta de Santa Brígida guarda un enorme parecido con las festividades de Irlanda, Escocia, y la Isla de Mann.
Estos mozos y su manera de actuar se asemejan enormemente a las cofradías de hombres en el ámbito europeo con funciones iniciáticas, guerreras y rituales MÄNNERBÜNDE.
Durante las fiestas própias del solsticio de invierno estas fratías de jóvenes, se disfrazaban de animales y tras nombrar un "Rey", causaban terror en sus aldeas invadiendo las casas, persiguiendo a las jóvenes, y causando pequeños hurtos de alimentos y grandes ruidos.
En la geografía gallega nos encontramos con elementos similares como los campaneiros y cigarrons, con el fín de promover la fertilidad de la tierra, ahuyentando los espíritus malignos.
La fiesta de Santa Brígida guarda un enorme parecido con las festividades de Irlanda, Escocia, y la Isla de Mann.
Tradiciones: Aquella que es ensalzada (Sta. Brígida)
Es tentador el ver a esta diosa dulce de la pronta primavera solamente como es representada en el mas famoso cuadro del artista escocés John Duncan: "The coming of Bride ": una chica ingenua, de pelo dorado y rodeada de niños. Pero detras de esa inocencia femenina esta el poder de una de las mas grades diosas ancestrales, Brigid, cuyo nombre significa "Aquella que es ensalzada", reina y diosa madre de muchas tribus europeas. Ella tambien es conocida como Brigid, Bridget, Brighid, Brighde, Brig o Bride y algunos eruditos consideran que su nombre está originado en la palabra Brihati en sanscrito, un epiteto de lo divino.
El Glosario de Cormac, del siglo X, la describe como la hija de Dagda, el Gran Dios de los Tuatha de Danaan, él la llama una " mujer de sabiduria... una diosa a quienes los poetas adoran, porque su protección es muy grande y famosa".
Desde la disciplina de la poesia, filidhect, Brigid fue vista como la gran inspiración detras de la adivinación y la profecia y la fuente de los oráculos.
De ella se dice que tiene dos hermanas: Brigid la médico y Brigid la herrera , pero se piensa generalmente que las tres son aspectos de una sola diosa de la poesia, curación y el arte del hierro.
Además es descrita como la patrona de otras artes vitales de la temprana sociedad celta: la muerte, el tejido y la elaboración de la cerveza. Una diosa de la regeneración y la abundancia, fue grandemente amada como proveedora de grandes cosas del mundo natural por el bien de la gente. Está estrechamente relacionada con los animales salvajes y domésticos. Posee dos bueyes a los que dio el nombre de Fea y Feimhean, y tambien es la guardiana de Torc Triath, rey de los verracos salvajes.
Estos tres animales totémicos eran usados para que profirieran un grito de aviso si Irlanda estaba en peligro.
El Glosario de Cormac, del siglo X, la describe como la hija de Dagda, el Gran Dios de los Tuatha de Danaan, él la llama una " mujer de sabiduria... una diosa a quienes los poetas adoran, porque su protección es muy grande y famosa".
Desde la disciplina de la poesia, filidhect, Brigid fue vista como la gran inspiración detras de la adivinación y la profecia y la fuente de los oráculos.
De ella se dice que tiene dos hermanas: Brigid la médico y Brigid la herrera , pero se piensa generalmente que las tres son aspectos de una sola diosa de la poesia, curación y el arte del hierro.
Además es descrita como la patrona de otras artes vitales de la temprana sociedad celta: la muerte, el tejido y la elaboración de la cerveza. Una diosa de la regeneración y la abundancia, fue grandemente amada como proveedora de grandes cosas del mundo natural por el bien de la gente. Está estrechamente relacionada con los animales salvajes y domésticos. Posee dos bueyes a los que dio el nombre de Fea y Feimhean, y tambien es la guardiana de Torc Triath, rey de los verracos salvajes.
Estos tres animales totémicos eran usados para que profirieran un grito de aviso si Irlanda estaba en peligro.
Tradiciones: La santa de la llama (Sta. Brígida)
Con la llegada del cristianismo, la poderosa energia de la diosa pagana se transformó en una santa muy amada de Irlanda, solamente relegada al segundo puesto por Patricio.
Su transformacion ocurrio casi literalmente en Drumeague, County Cavan, en un lugar llamado "la montaña de los tres dioses" allí una cabeza de Brígida fue tallada en piedra como una deidad triple.
Pero con la llegada del Cristianismo, fue escondida en una tumba neolitica, despues fue recuperada y engarzada en una iglesia local donde fue canonizada popularmente como "Santa Bride de Knockbridge".
A traves de muchas leyendas que le son atribuidas, no hay firme evidencia de ella como figura histórica.
Santa Brigida se dice que era hija de un druida quien tuvo una visión de que ella seria llamada despues a ser una gran diosa. Ella nacio al amanecer mientras que su madre caminaba sobre un umbral , es decir el estar entre lugares y tiempos. En la tradicion celta este es un periodo de tiempo sagrado cuando las puertas entre los mundos se abren y pueden ocurrir eventos magicos.
Otra leyenda cuenta como su madre estaba cargando con un cordero de leche al tiempo, con el que iba a balar a su recien nacida.
Cuando era niña, Brigida no podia comer comida ordinaria, y era alimentada con la leche de una vaca especial que era blanca y con las orejas rojas.
Los animales blancos y con orejas rojas se encuentran frecuentemente en la mitologia celta como bestias del otro mundo, tambien hemos visto como la diosa pagana tenia en su poder dos bueyes mágicos.
Cuando era adulta, era acompañada por una vaca que le daba la leche que ella necesitaba.
Cuando se convirtio en la abadesa de Kildare, milagrosamente incrementaba la cantidad de leche y mantequilla que daban las vacas de la abadía; algunos incluso dicen que las vacas producian un lago entero de leche tres veces al dia y cien canastas llenas de mantequilla. Cuando Santa Brigida murio, su calavera fue dejada en Kildare siguiendo la tradicion precristiana de reverenciar la cabeza como sagrada.
Los soldados normandos son aquellos sospechosos de robarla de la abadía y llevarla a Portugal.
En Escocia es invocada como Bride, la doncella de la leche, patrona del trabajo cotidiano.
El arte medieval cristiano la suele pintar llevando una vaca o cargando con dos lecheras.
Su relación con el fuego y con el sol continúa en el folklore cristiano en torno a la santa.
En una versión de su vida contada el en Libro de Lismore un druida profetizó que ella seria "una hija radiante, quien alumbrará como el sol entre las estrellas en el cielo". Cuando era niña, la casa donde dormian su madre y ella comenzó a quemarse y aunque la casa no se quemó, aquello tenia similitudes con el arbusto ardiente del Antiguo Testamento, cuando ella comenzo a orar, una columna de fuego salio de la casa, y ella salio al exterior intacta y llena de espiritu santo, haciendose referencia al fuego de Pentecostés.
Hay muchas historias de este tipo sobre Santa Brígida.
En las islas Hébridas dicen que Santa Brígida protege especialmente a las mujeres que van a dar a luz.
En Ulster cuando una mujer daba a luz, la partera colocaba una cruz de Santa Brígida en cada una de las cuatro esquinas de la casa. Después se detenía en el umbral y para desear buena suerte a la parturienta cantaba una plegaria.
Su transformacion ocurrio casi literalmente en Drumeague, County Cavan, en un lugar llamado "la montaña de los tres dioses" allí una cabeza de Brígida fue tallada en piedra como una deidad triple.
Pero con la llegada del Cristianismo, fue escondida en una tumba neolitica, despues fue recuperada y engarzada en una iglesia local donde fue canonizada popularmente como "Santa Bride de Knockbridge".
A traves de muchas leyendas que le son atribuidas, no hay firme evidencia de ella como figura histórica.
Santa Brigida se dice que era hija de un druida quien tuvo una visión de que ella seria llamada despues a ser una gran diosa. Ella nacio al amanecer mientras que su madre caminaba sobre un umbral , es decir el estar entre lugares y tiempos. En la tradicion celta este es un periodo de tiempo sagrado cuando las puertas entre los mundos se abren y pueden ocurrir eventos magicos.
Otra leyenda cuenta como su madre estaba cargando con un cordero de leche al tiempo, con el que iba a balar a su recien nacida.
Cuando era niña, Brigida no podia comer comida ordinaria, y era alimentada con la leche de una vaca especial que era blanca y con las orejas rojas.
Los animales blancos y con orejas rojas se encuentran frecuentemente en la mitologia celta como bestias del otro mundo, tambien hemos visto como la diosa pagana tenia en su poder dos bueyes mágicos.
Cuando era adulta, era acompañada por una vaca que le daba la leche que ella necesitaba.
Cuando se convirtio en la abadesa de Kildare, milagrosamente incrementaba la cantidad de leche y mantequilla que daban las vacas de la abadía; algunos incluso dicen que las vacas producian un lago entero de leche tres veces al dia y cien canastas llenas de mantequilla. Cuando Santa Brigida murio, su calavera fue dejada en Kildare siguiendo la tradicion precristiana de reverenciar la cabeza como sagrada.
Los soldados normandos son aquellos sospechosos de robarla de la abadía y llevarla a Portugal.
En Escocia es invocada como Bride, la doncella de la leche, patrona del trabajo cotidiano.
El arte medieval cristiano la suele pintar llevando una vaca o cargando con dos lecheras.
Su relación con el fuego y con el sol continúa en el folklore cristiano en torno a la santa.
En una versión de su vida contada el en Libro de Lismore un druida profetizó que ella seria "una hija radiante, quien alumbrará como el sol entre las estrellas en el cielo". Cuando era niña, la casa donde dormian su madre y ella comenzó a quemarse y aunque la casa no se quemó, aquello tenia similitudes con el arbusto ardiente del Antiguo Testamento, cuando ella comenzo a orar, una columna de fuego salio de la casa, y ella salio al exterior intacta y llena de espiritu santo, haciendose referencia al fuego de Pentecostés.
Hay muchas historias de este tipo sobre Santa Brígida.
En las islas Hébridas dicen que Santa Brígida protege especialmente a las mujeres que van a dar a luz.
En Ulster cuando una mujer daba a luz, la partera colocaba una cruz de Santa Brígida en cada una de las cuatro esquinas de la casa. Después se detenía en el umbral y para desear buena suerte a la parturienta cantaba una plegaria.
Las cabezas humanas
No se llega a un acuerdo histórico, sobre cuándo los celtas comenzaron a cortar las cabezas de sus enemigos, pero estos trofeos eran llevados en las monturas o se los exhibía en las puertas de las casas.
Eran embalsamadas para su mejor conservación y hasta se hacían vasos con las calaveras, de los que se bebía en los banquetes.
Los celtas creían en la eternidad de la vida y la cabeza se consideraba el lugar del cuerpo donde se alojaba el alma, así se le impedía al contrario alcanzar la inmortalidad, además de transferirle su poder al vencedor.
La familia del difunto, generalmente ofrecía todo tipo de valores con tal de recuperar la cabeza de manos del enemigo, pero eran trofeos demasiado estimados como para aceptar negociaciones.
De ahí que las cabezas cortadas aparecieron luego en las monedas celtas.
Los grandes héroes pedían a sus compañeros que, de caer en la lucha, ellos mismos los decapitaran y llevaran su cabeza de vuelta a casa.
Eran embalsamadas para su mejor conservación y hasta se hacían vasos con las calaveras, de los que se bebía en los banquetes.
Los celtas creían en la eternidad de la vida y la cabeza se consideraba el lugar del cuerpo donde se alojaba el alma, así se le impedía al contrario alcanzar la inmortalidad, además de transferirle su poder al vencedor.
La familia del difunto, generalmente ofrecía todo tipo de valores con tal de recuperar la cabeza de manos del enemigo, pero eran trofeos demasiado estimados como para aceptar negociaciones.
De ahí que las cabezas cortadas aparecieron luego en las monedas celtas.
Los grandes héroes pedían a sus compañeros que, de caer en la lucha, ellos mismos los decapitaran y llevaran su cabeza de vuelta a casa.
El matrimonio Celta
Escrutar y estudiar aspectos concretos de la sociedad celta y profundizar en las relaciones sociales de sus componentes y abreviadamente de la mujer dentro de dichas estructuras, es una tarea ardúa y resbaladiza pues no existe demasiada información, al menos en lengua castellana.
Amparado por la tribu, el clan y la familia, se convirtió en un acontecimiento importante, en muchas ocasiones místico-espiritual, en la vida de los antiguos celtas.
Autores clásicos, griegos y romanos, nos relatan como las mujeres celtas poseían el privilegio, por el cual aquellas féminas podían escoger su pareja ante el Matrimonio y de rechazar cualquier imposición matrimonial.
Como acto social y tribal, entre los celtas, cuando una muchacha entraba en una edad considerada apta para el casamiento, se organizaba un gran festín, al que se invitaban a todos los jóvenes solteros, la muchacha en un acto ritual con un profundo sentido místico escogía al que ya había elegido previamente, en recíproca correspondencia, y le ofrecía agua para que el joven se lavara las manos, este protocolo era el abierto compromiso ante parientes y tribu en general de que ambos se amaban y deseaban enlazar sus vidas con el rito matrimonial.
Podríamos equipararlo a la actual, pero ya algo en desuso “petición de mano”, con la particularidad de que era la mujer celta y no el varón quien hacíala petición.
En otros casos era la mujer quien era cortejada, pero pudiendo desdeñar a todo pretendiente que no le satisfaciera, fuera cual fuera la posición social de éste.
Entre los celtas galeses, y más concretamente entre los que habitaban en la zona de Gwynedd, el ritual era semejante, si bien la edad óptima para acceder al matrimonio era entre las muchachas, la de 12 años y entre los varones de 14.
Edades en las que se consideraba que ambos sexos, eran ya responsables de sus actos, cesando la tutela paterna y adquiriendo los derechos para poseer bienes, el varón a esa edad entraba ya en la clientela del jefe y era apto para la vida militar.
Al parecer, los antiguos celtas consideraban a las mujeres más adelantadas en adquirir madurez mental, más aventajadas en adquirir madurez física y más prontamente evolucionadas para tomar responsabilidades sociales y alcanzar antes mayor conciencia espiritual.
Cuando se celebraban los esponsales, todos los parientes de los dos contrayentes estaban presentes, puesto que el acto de abandonar una familia para formar otra, era un hecho de suma importancia para que la colectividad se abstrajera, había previamente un acercamiento y unos acuerdos entre las familias de los futuros conyuges en los que se fijaba la dote, sin importar la clase social a la que pudieran pertenecer.
El hombre que se casaba debía aportar la dote, pero la mujer debía aportar igualmente en las mismas condiciones y cantidad, en caso de viudedad, cualquiera de los desposados que sobreviva al otro, solo podía disponer de su parte, mas el producto o beneficio de esa comunidad debienes.
En Irlanda y Bretaña, ocurría lo mismo, pues el hombre que se desposaba, debía aportar la Coibche o especie de precio simbólico por su futura esposa, en este caso, ésta iba destinada al padre de la pretendida, pero solo si la mujer se casaba por vez primera, si era el segundo matrimonio de la mujer, el padre únicamente recibía los 2/3 de la dote y el tercio sobrante se lo apropiaba la pretendida, si era su tercera boda, el padre solo recibía la mitad y la novia el resto y así sucesivamente, si el padre ya había fallecido, este derecho recaía en el hermano mayor de la desposada, pero solo tena derecho a la mitad de lo que le hubiera correspondidoal padre.
En el Libro de las Invasiones irlandesas, la polémica que se plantea entre Fer y Fergnia, hermanos, hijos de Patholan, éste tuvo de su esposa tres hijos: Fer, Fergnia y Rudraige; y doshijas: Iain y Ain. Fer se casó con Ain y Fergnia con Iain, el matrimonio era entonces una transaccin comercial, las mujeres se vendían aunque fuera en la leyenda y simbólicamente.
En el primer matrimonio, el precio de dicha venta o dote perteneca íntegramente al padre, si este no había muerto. De lo contrario, una mitad era para el miembro de la familia que hubiese recibido la herencia del padre y fuese el jefe de la familia, y la otra mitad para la mujer que se casaba, el problema surgió cuando se tuvo que establecer cual de los dos hermanos debía ejercer el derecho de jefe de la familia y percibir la mitad del precio o dote de sus hermanas. Muerto Partholan, como no llegaron a un acuerdo recurrieron a las armas para solventarlo, este fué el primer duelo judicial con sus consecuencias violentas, que tuvo lugar en Irlanda.
Algunos autores citan antiguas leyes que hablan de que la Coibche poda ser pagada en cómodos plazos anuales.
La mujer celta irlandesa no entraba en la familia del marido, ni perdía su capacidad legal de tener bienes propios, podía litigar en un caso legal, podía ser titular de derechos y demandar a sus deudores como no ocurría en la sociedad romana contempornea, dentro de estas leyes, por el contrario si su consorte era asesinado, no era ella la beneficiaria de la compensacin debida, sino que esta era recibida por la familia de su esposo, en la sociedad germanica tampoco la mujer podía heredar, a causa del conocido privilegio masculino que desembocó en el derecho de primogenitura y en la famosa Ley Sálica, la que excluía del trono a la mujer y sus descendientes.
Pero la mujer celta irlandesa tambien hacía su aportacion al matrimonio mediante otra dote, que era llamada tinnscra, o conjunto de regalos que sus parientes le habían obsequiado, estos presentes eran propiedad personal de ella y aún en caso de disolución de los lazos matrimoniales, fuese por muerte del marido o por divorcio nunca perdía esas pertenencias.
En Gales, el método seguido era parecido, la coibche irlandesa se denominaba “gobyr” y la mujer hacia su aportación dotal que recibía el apelativo de “argweddy”.
El término "luna de miel" se originó entre los celtas de Gales, donde los recién casados se retiraban, cuentan las leyendas, por varios días a observar la luna y comer dulces de fruta y beber hidromiel, como actos rituales de una alianza entre iguales, que debía comenzar con los mejores augurios y de la mejor manera posible.
En cuanto a la disolución matrimonial o divorcio, realmente era de una facilidad sorprendente, incluso para las sociedades actuales.
Como primera consideración, se debe resaltar que el matrimonio entre los celtas no era de carácter obligatorio, pues se reconocían igualmente, lo que hoy llamamos “parejas de hecho”. Como segunda consideración, debemos tener en cuenta que era más un contrato social sujeto a ciertas cláusulasque un acto religioso.
Si esas condiciones eran incumplidas por alguno de los cónyuges, dicho acuerdo caducaba.
Como tercera consideración consta que esos lazos conyugales reposaban sobre la libertad de los cónyuges, de manera que era más una unión libre protegida por las leyes y que en cualquier momento podía dejar de tener vigencia.
Pero el divorcio entre los celtas distaba mucho de ser el típico repudio a la romana, donde era el hombre quien ejercía este privilegio.
Incluso en la primitiva sociedad romana cristianizada, en la cual los pudientes alegando falsas razones de consaguinidad o de incapacidades femeninas para alumbrar hijos varones ejercían el mencionado derecho romano, la mujer, de nuevo, era la perjudicada, e incluso castigada si era hallada adúltera, cosa que no ocurría con el hombre que cometía adulterio, al cual se le permitían esos deslices.
El divorcio celta por el contrario emplazaba a ambos cónyuges en la más estricta igualdad y por supuesto no castigaba a ningún adúltero, tan solo se concedía el divorcio, ahora bien, como hecho diferencial, se admitía la poligamia y poliandria, la admisión no significaba que todo celta la practicara, sino que era permitida legalmente por quien deseaba practicarla y siempre con pleno consentimiento del cónyuge. En Irlanda este concubinato o casamiento contractual, expiraba coincidiendo con alguna de las grandes festividades druídicas, en el caso de concubinato se contrataba a una segunda, tercera o más mujeres por un año, y recibían el nombre de “ben urnadma”, dicho contrato podía ser renovado al cabo de ese tiempo y también debía contar con la aprobación de la primera esposa. Si ésta no daba su consentimiento y el hombre persistía en su intención, era tal hecho, motivo de divorcio, de todas maneras este concubinato amparado por las leyes, no mermaba en nada los derechos de la primera mujer o de la esposa legítima, llamada “cet muinter” o matrona, la cual conservaba sus privilegios e incluso estaba por encima de las concubinas, las cuales le servían de soporte y ayuda en las diferentes tareas que la matrona debía asumir.
Si el hombre celta irlandés se casaba con una nueva mujer, sin haberse divorciado de la anterior, o con su consentimiento, la “coibche” se concedía a ésta, en vez de ir a parar a la segunda o a sus parientes, de igual manera, si ocurría una reconciliación tras el divorcio, el hombre debía pagar una nueva “coibche”.
En realidad había numerosas razones para divorciarse, según las leyes célticas, desde las injurias o insultos hasta el mal aliento, aunque parezca gracioso.
Pese que el hombre como tal era, el jefe de la familia, del clan o de la tribu, no en todos los casos pero sí en la mayoría. Dentro de la pareja, esta autoridad, era más ambigua, en Irlanda las leyes amparaban casos bien diferenciados del papel de cada cónyuge dependiendo de sus respectivas fortunas.
En las leyendas irlandesas hay un claro exponente de ello, en el conocido relato de la pareja, Medb reina de Connaugth y su esposo Ailill que desemboca en una guerra abierta contra el Ulster, contada en el “Tain Bó Cualinge” por la posesión de un toro que si pasaba apropiedad de dicha reina sobrepasaría la fortuna de su esposo y, por tanto, conseguiría también la autoridad en su matrimonio, en los casos en los cuales la mujer tenía toda la autoridad, que confería la ley dentro de la pareja, el hombre recibía el apelativo de “fer fognama” u hombre de servicio.
También tenemos el caso de Castimandúa, reina polémica de los brigantes y amiga de Roma, quien rechazó a su esposo Venutio, que también era de sangre real, pero bajo su autoridad, éste acaudilló una revuelta contra su propia esposa para apoderarse del trono, amigo y aliado de los romanos recurriendo la reina estos para sofocar la revuelta y mantener el poder, alrededor del año 70 se casó de nuevo, con su escudero Vellocato, produciéndose una nueva rebelión contra ella y teniendo que ser rescatada de nuevo por los romanos.
Pero ni en estos casos, ni en los casos de poliandria o poligamia, la pareja del cónyuge se veía menospreciada socialmente. La sociedad pagana celta no conoció afortunadamente el concepto de pecado hasta la invasión espiritual cristiana. Por lo tanto, ni en el matrimonio, ni en la sexualidad, ni en el amor, conceptos que podían ir ligados entre sí o no, se admitía en esas combinaciones la noción cristiana de escándalo social o pecado religioso condenado por un dios. En primer lugar, porque los dioses celtas, sus actos e interacción entre ellos mismos eran reflejo de la misma sociedad que pensaba en ellos.
Amparado por la tribu, el clan y la familia, se convirtió en un acontecimiento importante, en muchas ocasiones místico-espiritual, en la vida de los antiguos celtas.
Autores clásicos, griegos y romanos, nos relatan como las mujeres celtas poseían el privilegio, por el cual aquellas féminas podían escoger su pareja ante el Matrimonio y de rechazar cualquier imposición matrimonial.
Como acto social y tribal, entre los celtas, cuando una muchacha entraba en una edad considerada apta para el casamiento, se organizaba un gran festín, al que se invitaban a todos los jóvenes solteros, la muchacha en un acto ritual con un profundo sentido místico escogía al que ya había elegido previamente, en recíproca correspondencia, y le ofrecía agua para que el joven se lavara las manos, este protocolo era el abierto compromiso ante parientes y tribu en general de que ambos se amaban y deseaban enlazar sus vidas con el rito matrimonial.
Podríamos equipararlo a la actual, pero ya algo en desuso “petición de mano”, con la particularidad de que era la mujer celta y no el varón quien hacíala petición.
En otros casos era la mujer quien era cortejada, pero pudiendo desdeñar a todo pretendiente que no le satisfaciera, fuera cual fuera la posición social de éste.
Entre los celtas galeses, y más concretamente entre los que habitaban en la zona de Gwynedd, el ritual era semejante, si bien la edad óptima para acceder al matrimonio era entre las muchachas, la de 12 años y entre los varones de 14.
Edades en las que se consideraba que ambos sexos, eran ya responsables de sus actos, cesando la tutela paterna y adquiriendo los derechos para poseer bienes, el varón a esa edad entraba ya en la clientela del jefe y era apto para la vida militar.
Al parecer, los antiguos celtas consideraban a las mujeres más adelantadas en adquirir madurez mental, más aventajadas en adquirir madurez física y más prontamente evolucionadas para tomar responsabilidades sociales y alcanzar antes mayor conciencia espiritual.
Cuando se celebraban los esponsales, todos los parientes de los dos contrayentes estaban presentes, puesto que el acto de abandonar una familia para formar otra, era un hecho de suma importancia para que la colectividad se abstrajera, había previamente un acercamiento y unos acuerdos entre las familias de los futuros conyuges en los que se fijaba la dote, sin importar la clase social a la que pudieran pertenecer.
El hombre que se casaba debía aportar la dote, pero la mujer debía aportar igualmente en las mismas condiciones y cantidad, en caso de viudedad, cualquiera de los desposados que sobreviva al otro, solo podía disponer de su parte, mas el producto o beneficio de esa comunidad debienes.
En Irlanda y Bretaña, ocurría lo mismo, pues el hombre que se desposaba, debía aportar la Coibche o especie de precio simbólico por su futura esposa, en este caso, ésta iba destinada al padre de la pretendida, pero solo si la mujer se casaba por vez primera, si era el segundo matrimonio de la mujer, el padre únicamente recibía los 2/3 de la dote y el tercio sobrante se lo apropiaba la pretendida, si era su tercera boda, el padre solo recibía la mitad y la novia el resto y así sucesivamente, si el padre ya había fallecido, este derecho recaía en el hermano mayor de la desposada, pero solo tena derecho a la mitad de lo que le hubiera correspondidoal padre.
En el Libro de las Invasiones irlandesas, la polémica que se plantea entre Fer y Fergnia, hermanos, hijos de Patholan, éste tuvo de su esposa tres hijos: Fer, Fergnia y Rudraige; y doshijas: Iain y Ain. Fer se casó con Ain y Fergnia con Iain, el matrimonio era entonces una transaccin comercial, las mujeres se vendían aunque fuera en la leyenda y simbólicamente.
En el primer matrimonio, el precio de dicha venta o dote perteneca íntegramente al padre, si este no había muerto. De lo contrario, una mitad era para el miembro de la familia que hubiese recibido la herencia del padre y fuese el jefe de la familia, y la otra mitad para la mujer que se casaba, el problema surgió cuando se tuvo que establecer cual de los dos hermanos debía ejercer el derecho de jefe de la familia y percibir la mitad del precio o dote de sus hermanas. Muerto Partholan, como no llegaron a un acuerdo recurrieron a las armas para solventarlo, este fué el primer duelo judicial con sus consecuencias violentas, que tuvo lugar en Irlanda.
Algunos autores citan antiguas leyes que hablan de que la Coibche poda ser pagada en cómodos plazos anuales.
La mujer celta irlandesa no entraba en la familia del marido, ni perdía su capacidad legal de tener bienes propios, podía litigar en un caso legal, podía ser titular de derechos y demandar a sus deudores como no ocurría en la sociedad romana contempornea, dentro de estas leyes, por el contrario si su consorte era asesinado, no era ella la beneficiaria de la compensacin debida, sino que esta era recibida por la familia de su esposo, en la sociedad germanica tampoco la mujer podía heredar, a causa del conocido privilegio masculino que desembocó en el derecho de primogenitura y en la famosa Ley Sálica, la que excluía del trono a la mujer y sus descendientes.
Pero la mujer celta irlandesa tambien hacía su aportacion al matrimonio mediante otra dote, que era llamada tinnscra, o conjunto de regalos que sus parientes le habían obsequiado, estos presentes eran propiedad personal de ella y aún en caso de disolución de los lazos matrimoniales, fuese por muerte del marido o por divorcio nunca perdía esas pertenencias.
En Gales, el método seguido era parecido, la coibche irlandesa se denominaba “gobyr” y la mujer hacia su aportación dotal que recibía el apelativo de “argweddy”.
El término "luna de miel" se originó entre los celtas de Gales, donde los recién casados se retiraban, cuentan las leyendas, por varios días a observar la luna y comer dulces de fruta y beber hidromiel, como actos rituales de una alianza entre iguales, que debía comenzar con los mejores augurios y de la mejor manera posible.
En cuanto a la disolución matrimonial o divorcio, realmente era de una facilidad sorprendente, incluso para las sociedades actuales.
Como primera consideración, se debe resaltar que el matrimonio entre los celtas no era de carácter obligatorio, pues se reconocían igualmente, lo que hoy llamamos “parejas de hecho”. Como segunda consideración, debemos tener en cuenta que era más un contrato social sujeto a ciertas cláusulasque un acto religioso.
Si esas condiciones eran incumplidas por alguno de los cónyuges, dicho acuerdo caducaba.
Como tercera consideración consta que esos lazos conyugales reposaban sobre la libertad de los cónyuges, de manera que era más una unión libre protegida por las leyes y que en cualquier momento podía dejar de tener vigencia.
Pero el divorcio entre los celtas distaba mucho de ser el típico repudio a la romana, donde era el hombre quien ejercía este privilegio.
Incluso en la primitiva sociedad romana cristianizada, en la cual los pudientes alegando falsas razones de consaguinidad o de incapacidades femeninas para alumbrar hijos varones ejercían el mencionado derecho romano, la mujer, de nuevo, era la perjudicada, e incluso castigada si era hallada adúltera, cosa que no ocurría con el hombre que cometía adulterio, al cual se le permitían esos deslices.
El divorcio celta por el contrario emplazaba a ambos cónyuges en la más estricta igualdad y por supuesto no castigaba a ningún adúltero, tan solo se concedía el divorcio, ahora bien, como hecho diferencial, se admitía la poligamia y poliandria, la admisión no significaba que todo celta la practicara, sino que era permitida legalmente por quien deseaba practicarla y siempre con pleno consentimiento del cónyuge. En Irlanda este concubinato o casamiento contractual, expiraba coincidiendo con alguna de las grandes festividades druídicas, en el caso de concubinato se contrataba a una segunda, tercera o más mujeres por un año, y recibían el nombre de “ben urnadma”, dicho contrato podía ser renovado al cabo de ese tiempo y también debía contar con la aprobación de la primera esposa. Si ésta no daba su consentimiento y el hombre persistía en su intención, era tal hecho, motivo de divorcio, de todas maneras este concubinato amparado por las leyes, no mermaba en nada los derechos de la primera mujer o de la esposa legítima, llamada “cet muinter” o matrona, la cual conservaba sus privilegios e incluso estaba por encima de las concubinas, las cuales le servían de soporte y ayuda en las diferentes tareas que la matrona debía asumir.
Si el hombre celta irlandés se casaba con una nueva mujer, sin haberse divorciado de la anterior, o con su consentimiento, la “coibche” se concedía a ésta, en vez de ir a parar a la segunda o a sus parientes, de igual manera, si ocurría una reconciliación tras el divorcio, el hombre debía pagar una nueva “coibche”.
En realidad había numerosas razones para divorciarse, según las leyes célticas, desde las injurias o insultos hasta el mal aliento, aunque parezca gracioso.
Pese que el hombre como tal era, el jefe de la familia, del clan o de la tribu, no en todos los casos pero sí en la mayoría. Dentro de la pareja, esta autoridad, era más ambigua, en Irlanda las leyes amparaban casos bien diferenciados del papel de cada cónyuge dependiendo de sus respectivas fortunas.
En las leyendas irlandesas hay un claro exponente de ello, en el conocido relato de la pareja, Medb reina de Connaugth y su esposo Ailill que desemboca en una guerra abierta contra el Ulster, contada en el “Tain Bó Cualinge” por la posesión de un toro que si pasaba apropiedad de dicha reina sobrepasaría la fortuna de su esposo y, por tanto, conseguiría también la autoridad en su matrimonio, en los casos en los cuales la mujer tenía toda la autoridad, que confería la ley dentro de la pareja, el hombre recibía el apelativo de “fer fognama” u hombre de servicio.
También tenemos el caso de Castimandúa, reina polémica de los brigantes y amiga de Roma, quien rechazó a su esposo Venutio, que también era de sangre real, pero bajo su autoridad, éste acaudilló una revuelta contra su propia esposa para apoderarse del trono, amigo y aliado de los romanos recurriendo la reina estos para sofocar la revuelta y mantener el poder, alrededor del año 70 se casó de nuevo, con su escudero Vellocato, produciéndose una nueva rebelión contra ella y teniendo que ser rescatada de nuevo por los romanos.
Pero ni en estos casos, ni en los casos de poliandria o poligamia, la pareja del cónyuge se veía menospreciada socialmente. La sociedad pagana celta no conoció afortunadamente el concepto de pecado hasta la invasión espiritual cristiana. Por lo tanto, ni en el matrimonio, ni en la sexualidad, ni en el amor, conceptos que podían ir ligados entre sí o no, se admitía en esas combinaciones la noción cristiana de escándalo social o pecado religioso condenado por un dios. En primer lugar, porque los dioses celtas, sus actos e interacción entre ellos mismos eran reflejo de la misma sociedad que pensaba en ellos.
Alianza de sangre
Si bien es una costumbre de todas las civilizaciones indoeuropeas, los celtas hicieron de ésto un ritual establecido.
Los jefes irlandeses sellaban las alianzas entre sus clanes bebiendo las gotas de sangre que extraían de sus brazos.
Era un pacto solemnne que debía ser respetado ya que de lo contrario, era considerado como una traición a la propia raza.
El culpable era repudiado por toda la tribu y luego de reparar el daño que hubiera causado, era desterrado.
Los jefes irlandeses sellaban las alianzas entre sus clanes bebiendo las gotas de sangre que extraían de sus brazos.
Era un pacto solemnne que debía ser respetado ya que de lo contrario, era considerado como una traición a la propia raza.
El culpable era repudiado por toda la tribu y luego de reparar el daño que hubiera causado, era desterrado.
Las mujeres celtas
Las mujeres celtas tenían un desarrollado gusto por la coquetería.
Llevaban sus cabelleras trenzadas, usaban muchos adornos y hasta cosían pequeñas campanillas en sus ropas a fin de llamar la atención.
Se maquillaban con una hierba llamada "ruan" y con jugo de bayas.
Pero estas mismas mujeres, mantenían una estrecha relación con los hombres de la tribu, trabajaban desde su niñez y aprendían en manejo de las armas a corta edad.
Debido a su vida de viajeras, estaban preparadas para el combate y para defenderse tanto de serpientes como de osos.
Ammanianus Mercellinus, comentarista romano, dijo sobre las mujeres celtas: "Unas lobas en celo no lucharían tan rabiosamente para proteger a su camada como ellas..."
Llevaban sus cabelleras trenzadas, usaban muchos adornos y hasta cosían pequeñas campanillas en sus ropas a fin de llamar la atención.
Se maquillaban con una hierba llamada "ruan" y con jugo de bayas.
Pero estas mismas mujeres, mantenían una estrecha relación con los hombres de la tribu, trabajaban desde su niñez y aprendían en manejo de las armas a corta edad.
Debido a su vida de viajeras, estaban preparadas para el combate y para defenderse tanto de serpientes como de osos.
Ammanianus Mercellinus, comentarista romano, dijo sobre las mujeres celtas: "Unas lobas en celo no lucharían tan rabiosamente para proteger a su camada como ellas..."
Los Celtas
Son de alta estatura, tienen la piel blanca y su rostro refleja vigor.
Sus cabellos eran naturalmente rojos, y ellos avivaban su color por medios artificiales, se lavaban a menudo el cabello con lechada de cal y se lo ataban en lo alto de la cabeza dejandole caer sobre la nuca recordando así el aspecto de los sátiros de Pan, estos cuidados volvían sus cabellos tan espesos que parecían crines de caballo, algunos se afeitaban la barba, y otros la llevaban corta.
Los nobles se rasuraban las mejillas, pero se dejaban crecer tanto los bigotes que les cubría la boca.
Así veían los romanos (a través de la pluma de Diodoro Sículo) a los celtas de la época de Augusto, corpulentos, toscos, con híspidas cabelleras y bigotes que ocultan bocas feroces.
Eran nómadas, organizados en clanes, implacables predadores, habituados a efectuar correleas para apoderarse de lo necesario a expensas de los pueblos limítrofes, sin tener una concepción de la conquista territorial ni de una organización política estructurada sobre instituciones.
Establecidos originariamente en Europa central, a través de sucesivas migraciones llegaron a Francia, a las Islas británicas, a la Península ibérica y a Italia septentrional, fundiéndose o superponiéndose a los pueblos locales preexistentes.
César (100-44 a.C.) se refiere largamente y con respeto a estas gentes en De bello gallico, una obra culta y penetrante en la cual, además de describirse los usos y costumbres de los celtas y su religión, se distinguen cuidadosamente las diversas tribus, así como las regiones donde estaban establecidas.
Los romanos ya habían conocido a los celtas en el siglo IV a.C. y más concretamente entre 387 y 386, cuando, derrotados en la batalla a pocos kilómetros en la confluencia de los rios Allia y Tíber, sufrieron la invasión y el saqueo de la capital por esos pueblos.
Imitaciones extravagantes de estateras y tetradracmas, los celtas de la Galia comenzaron a acuñar moneda entre finales del siglo IV y el comienzo del III a.C., dando así inicio a una producción monetal prácticamente de imitación en su totalidad, inspirada en las piezas conocidas en los intercambios a través del Mediterráneo y del puerto de Massalia (la actual Marsella) en el Oeste, y por el valle del Danubio en el Este.
En el siglo II a.C., también los celtas de Europa central empezaron a acuñar monedas, imitando las de Lisímaco de Tracia, de Larisa o de Thasos. Profundamente inestables e instintivos en su organización social y militar, los celtas transmitieron también a sus monedas un ritmo irracional, una abstracción muy distante de las producciones del numerario griego al cual, por otra parte, se remitían directamente. Las monedas que seguramente conocían los celtas a través del comercio eran las estateras de oro y los tetradracmas de Filipo II y de Alejandro Magno, la divisa universal de entonces. En una segunda etapa, los tipos objeto de imitación fueron los romanos. Mientras que la moneda griega se inspira en un armónico equilibrio, en un refinado naturalismo en la representación de la figura humana, del mundo animal y del vegetal, los bárbaros descomponen este universo, reduciéndolo a algo que sólo lejanamente recuerda el espíritu y la iconografía originales. La degeneración de los tipos, dictada por una fantasía rupturista y por una acusada tendencia hacia la abstracción y los motivos ornamentales, conduce a una alteración de la forma y a una excéntrica esquematización de los elementos figurativos. Si a los celtas les faltaba una cultura de la moneda, ciertamente no les faltaban los metales preciosos: los yacimientos de oro del Rin, de los Pirineos y de los Alpes, los filones de plata del Tarn y del Auvernia, y el estaño de Bretaña proveían suficiente materia prima para acuñar monedas destinadas a los intercambios comerciales. En la producción celta es más bien frecuente el electrón. Rasgos alterados de modelos clásicos, las monedas celtas, aparentemente pobres en cuanto que no poseen auténtica originalidad, son ricas en fantasía, están llenas de vida y resultan inconfundibles; entre los pueblos que habitaron el vasto territorio céltico estuvo muy difundido el tipo que representa en el anverso una cabeza, creada sobre el modelo de los retratos de Alejandro Magno, y que en general representa al jefe de la tribu; y en el reverso un caballo (animal predilecto en la tipología gala), a veces solo y en ocasiones guiado por un auriga. Examinemos una estatera de oro de comienzos del siglo II a C. procedente de la región de la actual Bretaña: el anverso presenta todavía un rostro modelado con arreglo a proporciones orgánicas, si bien -lo que constituye una anomalía bastante frecuente en las monedas galas en general- el perfil no está bien centrado y el redondel es demasiado pequeño para la figura que encierra. Resulta interesante observar cómo se han reproducido los cabellos, ahora estilizados con motivos decorativos, con ondas, con formas que recuerdan motivos geométricos más relacionados con el mundo de las plantas que con un fiel reflejo de la realidad. En el reverso, la figura del caballo androcéfalo (o sea, con cabeza humana) ocupa una parte modesta del espacio del que se dispone, mientras que, y éste es un elemento muy frecuente, el campo está ocupado por figuraciones esquemáticas menores que pueden estar constituidas por signos geométricos, ruedas, estrellas y figuras de diversa naturaleza y de gran variedad. También son muy interesantes las moneda de los parisios, habitantes de la región donde hoy se halla París.
También en este caso llega hasta el borde del redondel la cabeza cuyo perfil se descompone en formas sintéticas, de gran fuerza expresiva y de refinado gusto decorativo. El ojo visto de frente, exageradamente abierto, caracteriza este perfil que lleva delante del cuello una barquita, símbolo de la ciudad y de los "nautae parisiaci", pequeños traficantes que se dedicaban al comercio fluvial, ello significa que en las monedas se reflejaba parte de la realidad más propiamente indígena y local, enriqueciéndolas con un nuevo valor documental, también el caballo del reverso merece una observación: se trata de un animal muy estilizado, toda una concesión al gusto decorativo y escasamente fiel al naturalismo. El motivo del ojo muy ampliado se exagera hasta el punto de convertirse en el único elemento antropomorfo que perdura en algunas monedas de la zona de Europa central: esta figura recuerda tan poco el modelo del que proviene, o sea un rostro humano, que algunos han tratado de ver en ella los símbolos de un culto local, pero sin llegar a ninguna conclusión cierta. También se puede hablar, sin más, de descomposición total de la figura humana en monedas de los belovacos, establecidos en Bélgica, en ellas la fuerza de la abstracción es casi disgregadora, y se mantienen pocos elementos identificables: se distingue el ojo, mientras que en el lugar de la oreja se coloca una estrella. Las llamadas monedas de la cruz imitan el reverso de las monedas de Rocas, provienen del valle del Tarn, en Francia meridional, y ese tipo se extendió a los actuales Languedoc occidental y Rosellón, si bien en estas regiones se representa una flor vista desde arriba, con un criterio iconográfico verdaderamente peculiar: en el anverso presentan un perfil femenino que recuerda las monedas de Siracusa, conocidas por estos pueblos gracias a otra imitación, la de Rhode, colonia rodia en el golfo de Rosas (Gerona). Esta producción monetal merece hoy que se reconozca su dignidad y que se la haga objeto de estudios y atención, rechazando la antigua consideración de que pertenecían a un momento en la historia de la moneda que podía pasarse por alto.
Incomprensibles pero útiles en Grecia, el comercio internacional estaba regulado por unas pocas monedas, universalmente aceptadas y reconocidas, por lo general acuñadas en póleis de gran prestigio y autoridad (pensemos, por ejemplo, en el gran prestigio que alcanzaron las lechuzas de Atenas). Ser la autoridad emisora de esta divisa privilegiada era fuente de grandes ventajas económicas que derivaban de enormes entradas por el derecho de acuñación (la diferencia de valor entre el metal bruto y el metal acuñado) y de relaciones preferentes en los intercambios. En el mundo antiguo, el nacimiento y difusión de las ligas (asociaciones de varias ciudades que adoptaban y sostenían la misma divisa) tenía, entre otras finalidades, promover la difusión de algunas monedas con preferencia a otras. Otro sistema muy difundido entre los pueblos primitivos era la imitación, que consistía en la réplica, sin el menor escrúpulo o interés figurativo, de la moneda que conocían a través de sus intercambios. En efecto, los bárbaros reproducían en grandes cantidades el redondel de metal precioso del que no comprendían ni el valor simbólico de las figuras adoptadas, ni las inscripciones, pero cuya utilidad captaban de inmediato. Resulta obvio que para los bárbaros que no reconocían ni observaban las leyes de los pueblos más civilizados, tenía escasa importancia el respeto al peso y a la bondad del metal. Además, reproducían groseramente y al azar las leyendas para ellos incomprensibles, y se aleja del prototipo incluso la representación figurativa, ya que poseían una sensibilidad completamente distinta de la de los pueblos de cultura llamada clásica.
Sus cabellos eran naturalmente rojos, y ellos avivaban su color por medios artificiales, se lavaban a menudo el cabello con lechada de cal y se lo ataban en lo alto de la cabeza dejandole caer sobre la nuca recordando así el aspecto de los sátiros de Pan, estos cuidados volvían sus cabellos tan espesos que parecían crines de caballo, algunos se afeitaban la barba, y otros la llevaban corta.
Los nobles se rasuraban las mejillas, pero se dejaban crecer tanto los bigotes que les cubría la boca.
Así veían los romanos (a través de la pluma de Diodoro Sículo) a los celtas de la época de Augusto, corpulentos, toscos, con híspidas cabelleras y bigotes que ocultan bocas feroces.
Eran nómadas, organizados en clanes, implacables predadores, habituados a efectuar correleas para apoderarse de lo necesario a expensas de los pueblos limítrofes, sin tener una concepción de la conquista territorial ni de una organización política estructurada sobre instituciones.
Establecidos originariamente en Europa central, a través de sucesivas migraciones llegaron a Francia, a las Islas británicas, a la Península ibérica y a Italia septentrional, fundiéndose o superponiéndose a los pueblos locales preexistentes.
César (100-44 a.C.) se refiere largamente y con respeto a estas gentes en De bello gallico, una obra culta y penetrante en la cual, además de describirse los usos y costumbres de los celtas y su religión, se distinguen cuidadosamente las diversas tribus, así como las regiones donde estaban establecidas.
Los romanos ya habían conocido a los celtas en el siglo IV a.C. y más concretamente entre 387 y 386, cuando, derrotados en la batalla a pocos kilómetros en la confluencia de los rios Allia y Tíber, sufrieron la invasión y el saqueo de la capital por esos pueblos.
Imitaciones extravagantes de estateras y tetradracmas, los celtas de la Galia comenzaron a acuñar moneda entre finales del siglo IV y el comienzo del III a.C., dando así inicio a una producción monetal prácticamente de imitación en su totalidad, inspirada en las piezas conocidas en los intercambios a través del Mediterráneo y del puerto de Massalia (la actual Marsella) en el Oeste, y por el valle del Danubio en el Este.
En el siglo II a.C., también los celtas de Europa central empezaron a acuñar monedas, imitando las de Lisímaco de Tracia, de Larisa o de Thasos. Profundamente inestables e instintivos en su organización social y militar, los celtas transmitieron también a sus monedas un ritmo irracional, una abstracción muy distante de las producciones del numerario griego al cual, por otra parte, se remitían directamente. Las monedas que seguramente conocían los celtas a través del comercio eran las estateras de oro y los tetradracmas de Filipo II y de Alejandro Magno, la divisa universal de entonces. En una segunda etapa, los tipos objeto de imitación fueron los romanos. Mientras que la moneda griega se inspira en un armónico equilibrio, en un refinado naturalismo en la representación de la figura humana, del mundo animal y del vegetal, los bárbaros descomponen este universo, reduciéndolo a algo que sólo lejanamente recuerda el espíritu y la iconografía originales. La degeneración de los tipos, dictada por una fantasía rupturista y por una acusada tendencia hacia la abstracción y los motivos ornamentales, conduce a una alteración de la forma y a una excéntrica esquematización de los elementos figurativos. Si a los celtas les faltaba una cultura de la moneda, ciertamente no les faltaban los metales preciosos: los yacimientos de oro del Rin, de los Pirineos y de los Alpes, los filones de plata del Tarn y del Auvernia, y el estaño de Bretaña proveían suficiente materia prima para acuñar monedas destinadas a los intercambios comerciales. En la producción celta es más bien frecuente el electrón. Rasgos alterados de modelos clásicos, las monedas celtas, aparentemente pobres en cuanto que no poseen auténtica originalidad, son ricas en fantasía, están llenas de vida y resultan inconfundibles; entre los pueblos que habitaron el vasto territorio céltico estuvo muy difundido el tipo que representa en el anverso una cabeza, creada sobre el modelo de los retratos de Alejandro Magno, y que en general representa al jefe de la tribu; y en el reverso un caballo (animal predilecto en la tipología gala), a veces solo y en ocasiones guiado por un auriga. Examinemos una estatera de oro de comienzos del siglo II a C. procedente de la región de la actual Bretaña: el anverso presenta todavía un rostro modelado con arreglo a proporciones orgánicas, si bien -lo que constituye una anomalía bastante frecuente en las monedas galas en general- el perfil no está bien centrado y el redondel es demasiado pequeño para la figura que encierra. Resulta interesante observar cómo se han reproducido los cabellos, ahora estilizados con motivos decorativos, con ondas, con formas que recuerdan motivos geométricos más relacionados con el mundo de las plantas que con un fiel reflejo de la realidad. En el reverso, la figura del caballo androcéfalo (o sea, con cabeza humana) ocupa una parte modesta del espacio del que se dispone, mientras que, y éste es un elemento muy frecuente, el campo está ocupado por figuraciones esquemáticas menores que pueden estar constituidas por signos geométricos, ruedas, estrellas y figuras de diversa naturaleza y de gran variedad. También son muy interesantes las moneda de los parisios, habitantes de la región donde hoy se halla París.
También en este caso llega hasta el borde del redondel la cabeza cuyo perfil se descompone en formas sintéticas, de gran fuerza expresiva y de refinado gusto decorativo. El ojo visto de frente, exageradamente abierto, caracteriza este perfil que lleva delante del cuello una barquita, símbolo de la ciudad y de los "nautae parisiaci", pequeños traficantes que se dedicaban al comercio fluvial, ello significa que en las monedas se reflejaba parte de la realidad más propiamente indígena y local, enriqueciéndolas con un nuevo valor documental, también el caballo del reverso merece una observación: se trata de un animal muy estilizado, toda una concesión al gusto decorativo y escasamente fiel al naturalismo. El motivo del ojo muy ampliado se exagera hasta el punto de convertirse en el único elemento antropomorfo que perdura en algunas monedas de la zona de Europa central: esta figura recuerda tan poco el modelo del que proviene, o sea un rostro humano, que algunos han tratado de ver en ella los símbolos de un culto local, pero sin llegar a ninguna conclusión cierta. También se puede hablar, sin más, de descomposición total de la figura humana en monedas de los belovacos, establecidos en Bélgica, en ellas la fuerza de la abstracción es casi disgregadora, y se mantienen pocos elementos identificables: se distingue el ojo, mientras que en el lugar de la oreja se coloca una estrella. Las llamadas monedas de la cruz imitan el reverso de las monedas de Rocas, provienen del valle del Tarn, en Francia meridional, y ese tipo se extendió a los actuales Languedoc occidental y Rosellón, si bien en estas regiones se representa una flor vista desde arriba, con un criterio iconográfico verdaderamente peculiar: en el anverso presentan un perfil femenino que recuerda las monedas de Siracusa, conocidas por estos pueblos gracias a otra imitación, la de Rhode, colonia rodia en el golfo de Rosas (Gerona). Esta producción monetal merece hoy que se reconozca su dignidad y que se la haga objeto de estudios y atención, rechazando la antigua consideración de que pertenecían a un momento en la historia de la moneda que podía pasarse por alto.
Incomprensibles pero útiles en Grecia, el comercio internacional estaba regulado por unas pocas monedas, universalmente aceptadas y reconocidas, por lo general acuñadas en póleis de gran prestigio y autoridad (pensemos, por ejemplo, en el gran prestigio que alcanzaron las lechuzas de Atenas). Ser la autoridad emisora de esta divisa privilegiada era fuente de grandes ventajas económicas que derivaban de enormes entradas por el derecho de acuñación (la diferencia de valor entre el metal bruto y el metal acuñado) y de relaciones preferentes en los intercambios. En el mundo antiguo, el nacimiento y difusión de las ligas (asociaciones de varias ciudades que adoptaban y sostenían la misma divisa) tenía, entre otras finalidades, promover la difusión de algunas monedas con preferencia a otras. Otro sistema muy difundido entre los pueblos primitivos era la imitación, que consistía en la réplica, sin el menor escrúpulo o interés figurativo, de la moneda que conocían a través de sus intercambios. En efecto, los bárbaros reproducían en grandes cantidades el redondel de metal precioso del que no comprendían ni el valor simbólico de las figuras adoptadas, ni las inscripciones, pero cuya utilidad captaban de inmediato. Resulta obvio que para los bárbaros que no reconocían ni observaban las leyes de los pueblos más civilizados, tenía escasa importancia el respeto al peso y a la bondad del metal. Además, reproducían groseramente y al azar las leyendas para ellos incomprensibles, y se aleja del prototipo incluso la representación figurativa, ya que poseían una sensibilidad completamente distinta de la de los pueblos de cultura llamada clásica.
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